Hoy, es el día más indicado para reflexionar sobre la creación hace 10 años de un premio cuyos galardonados le han conferido prestigio nacional e internacional. Un galardón, que comienza a escribir su historia a través de, la caprichosa situación geográfica de una ciudad enclavada en el Estrecho de Gibraltar, ocupando estratégicamente una de las dos Columnas de Hércules, que le ha proporcionado a lo largo de su dilatada historia, que todas las civilizaciones conocidas hayan dejado en ella sus señas de identidad; beréberes, púnicos, romanos, mauritanos, vándalos, visigodos, bizantinos, árabes, portugueses, españoles, hebreos e hindúes. Culturas, que han enriquecido nuestro hermosísimo patrimonio histórico cultural.
Circunstancia, que a lo largo de los siglos ha facilitado una de las peculiaridades de la Ciudad Autónoma de Ceuta, la coincidencia en su territorio de cuatro culturas, cuatro religiones diferentes que conviven en paz y armonía. Por tal motivo, la Asamblea de la Ciudad decidió convocar con carácter anual el Premio Convivencia Ciudad Autónoma de Ceuta de carácter internacional, que será concedido a aquellas personas o instituciones de cualquier país, cuya labor haya contribuido de forma relevante y ejemplar a mejorar las relaciones humanas, fomentando los valores de justicia, fraternidad, paz, libertad, acceso a la cultura e igualdad entre los hombres.
En consecuencia, el primer Premio Convivencia de la Ciudad Autónoma de Ceuta en su apartado Internacional correspondió al Excmo. Sr. D. Adolfo Suárez, en el año 1999 al que prosiguieron personalidades y entidades de la entidad de D. Vicente Ferrer, Mensajeros de la Paz, Dominique Lapierre, pueblo de El Salvador, pueblo de Madrid, Asociación Víctimas del Terrorismo, Muhammad Yunus, Daniel Berenbiom, Fundación Miguel Gil Moreno y en esta edición, Manuel Elki Patarroyo, científico e investigador hispano-colombiano por su descubrimiento de la vacuna contra la malaria y su negativa a vender o ceder la patente a las multinacionales farmacéuticas donándola a la Organización Mundial de la Salud.
En definitiva, un Premio Convivencia Ciudad Autónoma de Ceuta consolidado en el panorama nacional e internacional, que representa los valores de una ciudad donde, no solo conviven cuatro culturas sino que además, se ha convertido en lugar de residencia provisional para otras tantas culturas representadas en las miles de personas cuya esperanza final pasa por una Ceuta solidaria y acogedora.
Circunstancia, que a lo largo de los siglos ha facilitado una de las peculiaridades de la Ciudad Autónoma de Ceuta, la coincidencia en su territorio de cuatro culturas, cuatro religiones diferentes que conviven en paz y armonía. Por tal motivo, la Asamblea de la Ciudad decidió convocar con carácter anual el Premio Convivencia Ciudad Autónoma de Ceuta de carácter internacional, que será concedido a aquellas personas o instituciones de cualquier país, cuya labor haya contribuido de forma relevante y ejemplar a mejorar las relaciones humanas, fomentando los valores de justicia, fraternidad, paz, libertad, acceso a la cultura e igualdad entre los hombres.
En consecuencia, el primer Premio Convivencia de la Ciudad Autónoma de Ceuta en su apartado Internacional correspondió al Excmo. Sr. D. Adolfo Suárez, en el año 1999 al que prosiguieron personalidades y entidades de la entidad de D. Vicente Ferrer, Mensajeros de la Paz, Dominique Lapierre, pueblo de El Salvador, pueblo de Madrid, Asociación Víctimas del Terrorismo, Muhammad Yunus, Daniel Berenbiom, Fundación Miguel Gil Moreno y en esta edición, Manuel Elki Patarroyo, científico e investigador hispano-colombiano por su descubrimiento de la vacuna contra la malaria y su negativa a vender o ceder la patente a las multinacionales farmacéuticas donándola a la Organización Mundial de la Salud.
En definitiva, un Premio Convivencia Ciudad Autónoma de Ceuta consolidado en el panorama nacional e internacional, que representa los valores de una ciudad donde, no solo conviven cuatro culturas sino que además, se ha convertido en lugar de residencia provisional para otras tantas culturas representadas en las miles de personas cuya esperanza final pasa por una Ceuta solidaria y acogedora.
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