Resulta totalmente inadmisible que, más de ochocientos ceutíes sufrieran el pasado viernes la peor experiencia posible en la travesía del Estrecho provocada por la negligente actuación de quienes permitieron la salida del ferry “Las Palmas de Gran Canaria” sin las pertinentes previsiones. Una embarcación que inició el embarque de pasajeros a las 9:30 horas y su desembarque en el Puerto de Algeciras a las 18:35 horas.
¿Cómo es posible que una vez producida la salida de este ferry con destino a Algeciras su Autoridad Portuaria decretase el cierre de sus instalaciones?, cuestión, a la que debemos añadir la circunstancia de que desde el puerto de Tánger también efectuaron su salida otras dos embarcaciones.
Una larga y dura travesía sobre un Estrecho en las peores condiciones posibles de navegación que propició el malestar físico de sus pasajeros que, tras haber agotado los alimentos y las bebidas existentes abordo, comprobaron sorprendidos como una vez en la bocana del puerto de Algeciras debieron soportar una larga espera antes de desembarcar sin las necesarias explicaciones por parte de la tripulación.
Circunstancia lamentable que debe hacer reflexionar a las autoridades competentes en el tráfico del Estrecho, única vía posible de salida para la mayoría de ceutíes que comprueban, año tras año, como los temporales de Levante paralizan el normal funcionamiento de esta línea y deja al descubierto las carencias en ambas orillas.
Los ceutíes debemos exigir a nuestras autoridades que inicien inmediatamente las acciones pertinentes al objeto de depurar responsabilidades de una vez por todas. Lo ocurrido el pasado viernes no es nuevo pero debe significar el final de este tipo de irresponsabilidades y malas actuaciones tanto, en las compañías navieras como, en las instituciones que dirigen el tráfico en el Estrecho.
¿Cómo es posible que una vez producida la salida de este ferry con destino a Algeciras su Autoridad Portuaria decretase el cierre de sus instalaciones?, cuestión, a la que debemos añadir la circunstancia de que desde el puerto de Tánger también efectuaron su salida otras dos embarcaciones.
Una larga y dura travesía sobre un Estrecho en las peores condiciones posibles de navegación que propició el malestar físico de sus pasajeros que, tras haber agotado los alimentos y las bebidas existentes abordo, comprobaron sorprendidos como una vez en la bocana del puerto de Algeciras debieron soportar una larga espera antes de desembarcar sin las necesarias explicaciones por parte de la tripulación.
Circunstancia lamentable que debe hacer reflexionar a las autoridades competentes en el tráfico del Estrecho, única vía posible de salida para la mayoría de ceutíes que comprueban, año tras año, como los temporales de Levante paralizan el normal funcionamiento de esta línea y deja al descubierto las carencias en ambas orillas.
Los ceutíes debemos exigir a nuestras autoridades que inicien inmediatamente las acciones pertinentes al objeto de depurar responsabilidades de una vez por todas. Lo ocurrido el pasado viernes no es nuevo pero debe significar el final de este tipo de irresponsabilidades y malas actuaciones tanto, en las compañías navieras como, en las instituciones que dirigen el tráfico en el Estrecho.
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