sábado, 26 de diciembre de 2009

El futuro de dos ciudades españolas y europeas

Durante años, los gobiernos socialistas de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero han antepuesto las relaciones bilaterales con el reino de Marruecos a los intereses de las dos ciudades españolas ubicadas en el norte de África. Muchos han sido los ejemplos que han demostrado esta afirmación, convenciendo a ceutíes y melillenses quienes, retiraron hace años definitivamente su confianza a esta formación política. Los resultados electorales cosechados en las últimas elecciones así lo certifican. Por tanto, sería muy ventajoso para los dirigentes locales de esta formación en ambas ciudades defender los intereses de sus futuros votantes.

En primer lugar, para que los defensores del talante no me cataloguen de “inculto”, definiré como región ultraperiférica aquella que aún estando geográficamente alejada del Continente europeo forma parte indivisible de alguno de los 27 estados miembros de la UE y además, cumple ciertos requisitos previos; insularidad, dependencia económica, clima generalmente tropical, suelo a menudo volcánico y montañoso y su proximidad a países menos desarrollados. No obstante, debo señalar que el Tratado europeo de Lisboa reformó la consideración inicial de región ultraperiférica añadiendo dos más a la lista existente.

Por tanto, resulta más que evidente, que la buena voluntad de los dirigentes socialistas podría acercar posturas divergentes, en principio, en beneficio de dos ciudades españolas y por tanto, europeas, que cumplen con algunas de las exigencias establecidas para ser reconocidas como regiones ultraperiféricas o similar; alejadas del continente, dependientes económicamente por sus escasos recursos, territorio y población reducidas y frontera terrestre con un país menos desarrollado. Circunstancias, que podrían originar una nueva reforma que incluyera a estas dos ciudades autónomas entre aquellas que se benefician de este régimen especial.

No obstante, no es momento de confrontaciones políticas entre líderes de ambas formaciones, es momento de consensuar una decisión que beneficiara a estas dos ciudades españolas y europeas cuya ubicación geográfica podría apartar de una vez el calificativo de perjudicial. Partido Popular y Partido Socialista deben aunar esfuerzos en la defensa de los intereses de estos dos territorios españoles, que podrían convertirse en las puertas de entrada y salida entre dos continentes obligados al entendimiento.

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