sábado, 26 de diciembre de 2009

Estrategia ancestral

Desfachatez, desvergüenza, atrevimiento, cinismo, descaro. Cualquier adjetivo sinónimo a estos es válido para catalogar el argumentario concebido por los ideólogos socialistas desplegado en todos los rincones de nuestro país así como, en el Congreso de los Diputados por el mismísimo Presidente del Gobierno con la única intención de cosechar los mejores resultados electorales posibles a pesar de los datos socios económicos propiciados por su nefasta gestión en los últimos años.

Resulta nauseabundo escuchar al líder socialista, el gurú de la izquierda, acusar al partido popular de sacar rédito político con el aumento espectacular del desempleo en nuestro país durante el pasado año mientras, ellos dicen trabajar duramente en la adopción de medidas que cambie la actual tendencia. Por tanto, puedo catalogar como irónico pero, al mismo tiempo, indignante la afirmación que indica que los únicos españoles preocupados por nuestras nefastas cifras socios económicas son los integrantes del partido socialista.

Mentiras a las que debemos añadir las medidas anunciadas también, durante el Debate del Estado de la Nación, que muestran la ineficacia de un Gobierno liderado por el capitalizador del talante quien, sin “acritud” hacia la oposición, desgranó su plan estratégico contra la crisis incluyendo medidas elaboradas por el partido popular y otras de su propia cosecha entre las cuales, se encontraba la reducción de las desgravaciones fiscales a la compra de vivienda a partir de 2011 con la intención de dar salida a los 800.000 pisos sin vender que hay en el mercado, exprimiendo aún más a la debilitada clase media española.

Por tanto, la clase media española debería plantearse de donde obtendrá los fondos necesarios para sufragar las medidas propuestas por el “hechicero de la ceja” cuando las cuentas públicas se encuentran bajo mínimos debido al desorbitado incremento en el número de desempleados, al ingente cierre de pequeñas y medianas empresas, principales productores de riquezas y por supuesto, al aumento de los gastos ocasionados por la organización y funcionamiento del Gobierno socialista.

En definitiva, estos últimos meses nos han recordado el pasado más reciente de un partido socialista liderado por Felipe González, el presidente que protagonizó la etapa más negra de la democracia española. Ahora, cuando la situación es equiparable tanto, en el incremento del desempleo como, por las nefastas cifras económicas, reaparece la ancestral estrategia que tan buenos resultados les dio en el pasado, la mentira.

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