sábado, 26 de diciembre de 2009

Francisco Antonio González Pérez, ejemplo a seguir

En alguna ocasión, he compartido con los lectores del diario El Pueblo de Ceuta mis reflexiones sobre la figura del diputado nacional, Francisco Antonio González Pérez, madrileño de nacimiento aunque ceutí de corazón. En todas ellas he manifestado mi admiración por quien ha defendido con dignidad los intereses de los ceutíes, sin exclusión alguna, en todos los foros donde ha ejercido dicha representatividad, Ayuntamiento de Ceuta en primer lugar y Congreso de los Diputados en las cuatro últimas legislaturas.

Es el momento oportuno para recordar, que en la actualidad ostenta diferentes cargos entre los que debemos destacar la portavocía de deportes del Grupo Parlamentario Popular en la Comisión correspondiente y la presidencia de la Comisión Nacional de Deportes del Partido Popular por tanto, el máximo representante en esta materia del Partido Popular habiendo recibido, en reconocimiento a esta extraordinaria labor, la Medalla al Mérito Deportivo así como, numerosísimos elogios provenientes no solo, desde la formación política en la que milita desde hace años sino, desde la bancada socialista y en particular, de su oponente en los debates políticos en materia deportiva, Jaime Lissavetzky.

No obstante, mi reflexión de hoy no se referirá a su sobradamente conocida trayectoria política sino que, expresará una vez más, mi admiración y respeto por quien ha demostrado, en los últimos meses, su lado más humano al compartir con sus convecinos sus sentimientos más íntimos, su lucha contra la enfermedad. Contienda iniciada, como no podía ser de otra manera, en el Hospital Civil de Ceuta, centro hospitalario por el que tanto ha trabajado en los últimos años desde su escaño parlamentario. En este punto, me gustaría señalar que nuestro diputado podría haber optado por cualquier centro peninsular e incluso internacional para tratar su dolencia por tanto, decisión que le distingue y le honra.

En definitiva, en mi colaboración de hoy he decidido homenajear con la humildad que me caracteriza, la figura destacada de un ceutí de corazón que ha sabido granjearse el respeto de todos sus convecinos no solo, por el trabajo desarrollado en los últimos años sino, por su honesta decisión de compartir con quienes representa las mismas infraestructuras y personal sanitario en el tratamiento de sus dolencias demostrando una gran honestidad con todos ellos sin excepción alguna y mostrando, como no podía ser de otra manera, su total confianza en la excelente plantilla de profesionales de la sanidad ceutí .

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