domingo, 28 de octubre de 2012

Independentismo catalán


El independentismo catalán  es una corriente política  que propugna la independencia de esta comunidad autónoma respecto al Estado de España. También propugna la libre y directa integración de Cataluña en la Unión Europea con la excepción de los sectores más radicales. Este movimiento  plantea sus tesis sobre el principio de que Cataluña es una nación, aludiendo básicamente a su historia, cultura, lengua y  derecho civil catalán, y sobre la afirmación de que Cataluña no alcanzará su máximo esplendor  cultural, social y  económico mientras forme parte de España.

La historia de los territorios que hoy conforman esta autonomía transcurrió en paralelo al resto de territorios que hoy  conforman  España  hasta el mismo instante  del  enlace matrimonial entre el conde Ramón Berenguer IV y  Petronila de Aragón, circunstancia que significó  la unificación del condado de Barcelona y del Reino de Aragón, denominándose finalmente dicho territorio Corona de Aragón.  Por tanto, la unión de ambos territorios fue el resultado de una unión dinástica pactada  y no de una conquista militar.
Tras la celebración en 1469 del enlace matrimonial entre  Fernando II de Aragón e Isabel la Católica,  reina de Castilla, se produjo la unión dinástica de las coronas de Castilla y Aragón aunque ambos reinos conservaron sus instituciones políticas y mantuvieron las cortes, las leyes, las administraciones públicas y la moneda propias. Tendríamos que esperar al reinado de Fernando II, el Católico,   para ver integrados en el territorio de la  corona de Aragón,  de forma totalmente  pacifica,  los condados catalanes del norte.
El reinado de Felipe II supuso el principio del cambio. La  crisis española del siglo XVII y el nuevo equilibrio de poderes en Europa engendró la primera de las muchas intentonas independentistas de los territorios catalanes como consecuencia principalmente de petición de nuevos impuestos y levas para financiar las diferentes campañas emprendidas, dando comienzo a  las primeras hostilidades entre los catalanes “realistas” y los catalanes “independentistas”, culminadas tras la firma del Tratado de los Pirineos en 1659. Desde ese mismo instante, las desavenencias entre unos y otros  han marcado las relaciones entre Cataluña  y España hasta la actualidad.
La historia esta repleta de acontecimientos que demuestran los sentimientos independentistas de una parte de la población allí afincada. Desde la lejanía geográfica aunque no sentimental, defiendo la integridad territorial de España aunque no a cualquier precio. Las Elecciones Autonómicas del domingo día 24 de noviembre ofrecerán unos resultados que deberán ser analizados en profundidad tanto por el Gobierno autonómico elegido democráticamente  como por el Ejecutivo de la nación en función de las mayorías alcanzadas. Si una amplia mayoría de catalanes apoyan a las formaciones que defienden la independencia de Cataluña,  deberá  iniciarse el debate en las Cortes de España.
No quisiera finalizar esta colaboración sin recordar uno de los  artículos incluidos en  nuestra Carta Magna, el documento aprobado  por los españoles donde se encuentran nuestras leyes, derechos y obligaciones, el punto 1 del artículo 155 “Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general”.

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