miércoles, 7 de diciembre de 2011

¡Basta ya!

En numerosas ocasiones me he pronunciado públicamente a través de mis artículos de opinión a favor de las legítimas reivindicaciones de los vecinos del Príncipe como consecuencia directa de las graves carencias que padece esta zona de la ciudad aunque, también me he manifestado claramente en contra de la proliferación de ataques violentos contra los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado protagonizados por grupos perfectamente coordinados de vecinos de ésta misma barriada.

En esta ocasión, como consecuencia de los graves incidentes acontecidos el pasado fin de semana, debo señalar que ambas circunstancias se relacionan íntimamente puesto que, la revuelta ciudadana se produjo en una calle recientemente rehabilitada, que ha sufrido junto a los vecinos y los efectivos policiales las consecuencias de la barbarie de quienes pretenden coaccionar a la inmensa mayoría de los vecinos de esta populosa barriada. Debo señalar, que los propios dirigentes vecinales han sido desde el comienzo de estos altercados los primeros en exigir la actuación contundente de las administraciones públicas hastiados de la impunidad con la que actúan unos grupos de jóvenes delincuentes inducidos por quienes allí desarrollan sus actividades ilícitas.

Por todo ello, me parecen totalmente desacertadas las críticas vertidas en las últimas horas por estos mismos representantes vecinales, que favorecen con ellas las actuaciones violentas de quienes pretenden adueñarse del Príncipe en contra de los vecinos que allí viven. Debemos ser conscientes del objetivo prioritario de unos vándalos, que tan solo pretenden mantener ocupadas en labores de seguridad ciudadana a unos efectivos policiales, que se ven obligados a desatender otras de mayor envergadura. De esta forma las organizaciones mafiosas se aprovechan de la excelente disposición de unos dirigentes políticos decididamente comprometidos con el bienestar de los vecinos de esta barriada.

En definitiva, los ceutíes de bien, quienes respetamos las normas de conducta aprobadas por los propios ciudadanos, debemos apoyar y facilitar la labor de vigilancia que desarrollan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, unos efectivos plenamente comprometidos con el bienestar de unos ciudadanos sometidos a los intereses espurios de las organizaciones mafiosas allí erradicadas. Todos juntos, organizaciones vecinales, sindicales y políticas, sin excepción alguna, alejando totalmente intereses partidistas, tenemos la obligación de promover la paz social en nuestras calles. Todos los ceutíes unidos alrededor de un mismo grito ¡basta ya!

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