domingo, 16 de junio de 2013

Polémica electoralista

La desfachatez del Califa de Ceuta no tiene parangón, ahora pretende convencer a la ciudadanía, que los planteamientos políticos de la coalición Caballas, integrada por  militantes del PSPC y UDC,  son nuevos e innovadores. Una formación política, que según el gurú del progresismo ceutí, se encuentra en lucha permanente contra los “prejuicios ancestrales” de quienes no compartimos sus propuestas por razones evidentes. Un obsoleto  político-sindicalista  experto en la manipulación mediática  con la única intención de ganarse la voluntad de los  ciudadanos.

Es momento de recordar a estos ciudadanos  aquellos  tiempos en los que la Semana Santa o la Navidad eran  periodos de recogimiento obligado, todo, absolutamente todo estaba cerrado.  Años después, la llegada de la democracia a nuestro país supuso  la separación definitiva  entre Iglesia y Estado, a partir de este momento se finiquitó definitivamente cualquier influencia religiosa en la sociedad española, limitándose estas  creencias religiosas al ámbito personal del individuo. España ha crecido como sociedad, ha experimentado una evolución progresiva,  que  algunos pretenden cercenar  a este lado del Estrecho de Gibraltar.

Sin ninguna duda, intereses espurios no pueden justificar decisiones políticas que podrían afectar la convivencia en la ciudad. Semana Santa, Navidad, Yon Kippur, Diwali o Ramadán ni pueden, ni deben  limitar la actividad cotidiana de unos ciudadanos habituados, desde hace años,  a compatibilizar las diferentes creencias religiosas existentes en la ciudad. En definitiva, la reivindicación planteada por la rama  juvenil de la coalición Caballas, tan solo  pretende conseguir  beneficios electorales  a través de un ataque directo contra  la convivencia de todos los ceutíes. Parece que algunos se empecinan en dar pasos atrás a cualquier precio.

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