jueves, 31 de mayo de 2012

Día Mundial sin tabaco


El Día Mundial sin tabaco que celebramos en el día de hoy tiene como propósito fundamental concienciar a la ciudadanía respecto a los efectos perjudiciales para la salud  de un hábito  que supone la muerte anual de 5,5 millones de personas en todo el mundo. Por tal motivo, todos los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidieron en 1987  institucionalizar una fecha que fomentara  un período de 24 horas de abstinencia en todas las formas de consumo de esta sustancia  en todos los países del mundo.

En este día tan señalado, compartiré con los lectores de este medio de comunicación algunas reflexiones   desde la perspectiva de quien ha sido consumidor habitual de tabaco  durante años  a pesar de ser plenamente consciente de los efectos  de una sustancia que contiene  elementos químicos tan dañinos para nuestro organismo como  la nicotina (componente del tabaco que produce la dependencia) y el humo procedente de la combustión incompleta de la hebra del tabaco y del papel que lo envuelve  (monóxido de carbono, gases irritantes   y sustancias cancerígenas).
Hablar del tabaco es hablar de un producto  que es la causa directa  del 85% de las muertes por cáncer de pulmón y del 80% de mortalidad por procesos pulmonares crónicos.   Un producto  que aumenta 10 veces la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares ya que repercute directamente en las arterias de mediano y pequeño calibre que son las encargadas de distribuir sangre por todo el organismo. Una sustancia que provoca que el 70% de hijos de padres fumadores puedan desarrollar enfermedades respiratorias respecto a los hijos de padres no fumadores.   Un hábito responsable en muchos casos  de la disfunción eréctil (dificultad en la erección). Consumir más de 7 cigarrillos por día genera efectos vasoconstrictores sobre las arterias peneanas, además de potenciar la arterioesclerosis.
Argumentos todos ellos  más que suficientes para adoptar una decisión  100% beneficiosa tanto para la salud de los fumadores como para la salud de todos aquellos que nos rodean. Por tanto, dejar de fumar es una decisión responsable y comprometida   favorecida en la actualidad por la proliferación de  programas anti-tabaco dirigidos por excelentes profesionales de la sanidad. Sin ninguna duda, hoy es mucho más factible  abandonar un hábito que provoca  la muerte de millones de personas en el mundo entre los cuales puedes estar tú.

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