miércoles, 23 de mayo de 2012

Desvergüenza al descubierto


Desde que el Partido Popular fuera elegido de forma mayoritaria por una ciudadanía hastiada de la gestión desarrollada en los últimos años por los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, estos no han cejado en sus críticas contra las medidas elaboradas y aprobadas en los últimos meses por el nuevo Ejecutivo de la nación.

Durante cuatro meses hemos asistido a una campaña mediática de desprestigio desde todas las sedes socialistas del país situando a los socialistas andaluces como el único  “oasis” lúcido frente a las políticas de ajustes protagonizadas por el Partido Popular. Un argumentario que se diluyó  como un azucarillo  desde el mismo instante en el que la formación liderada  por José Antonio Griñán anunciara la pasada semana  sus primeras medidas de ajustes  tras alcanzar la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Pues bien, el Gobierno surgido de las mesas de negociación y no de las urnas andaluzas,  José Antonio Griñán PSOE) y  Diego Valderas (Izquierda Unida), un Gobierno íntegramente  de izquierdas, decidió en su primera reunión un ajuste presupuestario de 2.500 millones de euros a través de un conjunto de medidas que durante la campaña electoral prometieron que  jamás adoptarían: subida del IRPF en el tramo correspondiente a la comunidad andaluza, subida del impuesto de patrimonio, bajada de retribuciones de los trabajadores públicos, reducción de pagas extraordinarias, complementos y aumento de las horas lectivas para el profesorado.
A pesar de todo ello, los lideres socialistas sostienen  que las medidas de ajustes mencionadas  responden a  exigencias del Gobierno central obviando totalmente que el desfase en las cuentas andaluzas son responsabilidad exclusiva de quienes llevan años gobernando dicha autonomía. Los  españoles debemos ser plenamente conscientes que la decisión de equilibrar las cuentas públicas es un compromiso asumido por todos los estados miembros de la Unión Europea en respuesta a la crítica situación económica aunque, sin  olvidar que esta crisis no afecta a todos por igual.
¿No habían afirmado los dirigentes socialistas que había otra manera de afrontar los problemas?, ¿no habían asegurado que Andalucía iba a ser un “oasis” lúcido contra las decisiones de Madrid?, ¿incluían los programas electorales del PSOE e IU ajustes presupuestarios? La respuesta es sencilla ¡no!, pero para crecer primero hay que equilibrar las cuentas públicas, hay que ajustar los presupuestos en función de los ingresos y los gastos demostrando la responsabilidad del  buen gobernante y en esta  cuestión no existen diferencias  ideologías  tan solo capacidad de gestión, una cualidad que no han atesorado  los dirigentes socialistas  salientes.

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