domingo, 19 de febrero de 2012

La reforma laboral


La realidad de nuestro país es más que evidente,   somos el estado miembro de la Unión Europea que obtiene el peor resultado en el primer análisis de desequilibrios macro-económicos correspondiente al ejercicio 2010, con un total de 6 suspensos de los 10 indicadores que se analizan. En consecuencia, el comisario de Asuntos Económicos y Monetario,  Olli Rehn, ha exigido analizar en profundidad estas problemáticas y muy especialmente, la que sitúa a nuestro país con una tasa de desempleo que duplica a la media existente en la UE.

Es una obviedad afirmar que sobrepasar estos  límites ha sido  responsabilidad de quienes han dirigido el país en los últimos años. Todos recordamos las advertencias de quienes señalábamos  hace tres años  que nuestra economía iba camino de una profunda crisis  mientras, los dirigentes socialistas negaban la mayor. Todos recordamos las advertencias de quienes señalábamos que esa misma economía sucumbiría arrastrando con ella a los trabajadores españoles mientras, los dirigentes socialistas anunciaban la aparición de “brotes verdes”.  Todos, absolutamente todos recordamos aquella célebre frase pronunciada por  el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero “Haciendo uso de un símil futbolístico se podría decir que España ha entrado en la Champions League de la economía mundial”.
Por tanto, entender las razones que han argumentado la reforma laboral aprobada la pasada semana por el Ejecutivo de la nación es entender la realidad de un mercado laboral que atraviesa la peor situación de nuestra historia democrática como consecuencia de la ineficacia en la  reforma laboral elaborada y aprobada por el Gobierno socialista  en el año 2010, una reforma que pretendía corregir la sangría en la empleabilidad que experimentaba nuestro mercado laboral. Tras dos años de crecimiento en el número de desempleados,  los ciudadanos no albergábamos duda alguna respecto a la realidad de  un  país que ocupa la última posición de todos los estados miembros de la Unión Europea en esta problemática, un país que soporta una tasa de desempleo que supera ampliamente el 22%.
Como respuesta a tanta ineficacia, la ciudadanía retiró  su confianza al Gobierno del partido socialista  y la depositó en la candidatura popular liderada por Mariano Rajoy. El Gobierno del Partido Popular ha comenzado la legislatura con medidas ejemplarizantes como los recortes en su propia  estructura, en las retribuciones de todos sus miembros o en los gastos de funcionamiento. Ahora, tras analizar en profundidad  la situación real  de nuestro mercado laboral, ha elaborado y aprobado   la reforma  laboral más ambiciosa  de los últimos años.  Una reforma laboral  que nos acerca   a la de aquellos países europeos en los que  mejor ha funcionado el mercado de trabajo en las actuales circunstancias de crisis, una reforma que nos acerca  a Alemania y nos aleja de Grecia a pesar de las duras críticas recibidas de centrales sindicales y formaciones políticas de izquierda. No es la solución definitiva, pero  significa  un decidido paso hacia la senda del crecimiento en una cuestión esencial para la sociedad española.

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