miércoles, 22 de febrero de 2012

La Academia del “Dariya”


No por mucho repetir una mentira, esta se convierte en realidad.  Al introducir el término  “dariya” en la Wikipedia el primer resultado que obtenemos  es el de una variedad lingüística hablada en el norte de  Marruecos caracterizada por dos matices  esenciales, rápida asimilación de palabras de otras lenguas con las que entra en contacto y su dinamismo y flexibilidad al  tratarse de una lengua exclusivamente oral.  Por tanto, no existe duda alguna respecto al origen de una lengua inmigrada de un tercer país a pesar del arraigo de la misma en nuestra sociedad.
  
Los ceutíes no podemos olvidar que el origen de la nueva acepción del término “dariya” fue  tras la irrupción en la escena política local de una  coalición conformada por dos formaciones  antagónicas. Una coalición  que ha devuelto  a la actualidad política  estrategias  de nuestro pasado más oscuro. Estrategias  que han causado un grave deterioro  de la paz social  como consecuencia directa del radicalismo  que impregna la acción política de los miembros de esta coalición.
A pesar de la compleja campaña mediática orquestada por los nuevos ideólogos “caballistas”  el “dariya” es  una lengua inmigrada proveniente de un tercer país.   Una campaña  emprendida por quienes se autodenominan únicos defensores de los intereses de todos  los ceutíes,  pero en realidad representan el sectarismo más rancio  al  obviar  que en esta ciudad conviven  diferentes  culturas  que poseen sus propias  lenguas maternas.  Una circunstancia  que debería enriquecer a la sociedad ceutí se convierte en motivo de confrontación alentado  por oscuros  intereses partidistas.
La sociedad ceutí en general y la clase política  en particular debería  comprometerse con el futuro de una ciudad que  ocupa las  últimas  posiciones en diferentes materias tal y como propugnan los portavoces de la coalición mencionada, pero sin embargo obvian   una problemática  que perjudica gravemente la  igualdad en el acceso a la educación de nuestros jóvenes,  la capacidad de comprensión como consecuencia directa del profundo desconocimiento de una amplio sector de la sociedad ceutí  de la lengua oficial utilizada en nuestro sistema educativo, el castellano. Por tanto, fomentar  el aprendizaje correcto  en todos los ámbitos educativos  del castellano debería ser la prioridad de todas las formaciones políticas con representación en nuestra ciudad al margen de la protección que pueda ofrecerse a las distintas lenguas maternas presentes en una sociedad  multicultural como la nuestra.

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