sábado, 8 de mayo de 2010

Ruptura en la unidad de acción sindical

En los últimos años, la unidad de acción sindical de las dos principales centrales mayoritarias, UGT y CCOO, ha experimentado un frágil equilibrio como consecuencia de diferencias sustanciales en ocasiones, totalmente insalvables. Resulta extraño comprobar como, con las actuales cifras que evidencian nuestra lamentable situación laboral, 4.500.000 de desempleados, la defensa de los intereses de estos trabajadores españoles no es el principal argumento en la labor diaria de unas organizaciones, que han olvidado precisamente, que su objetivo principal debería ser la defensa del pleno empleo como uno de los principales derechos incluidos en nuestra Constitución.

En nuestra ciudad, esta ruptura en la unidad de acción sindical aún es más evidente. Intereses personales alejados totalmente del interés general han provocado que ambas centrales sindicales hayan disentido en los últimos meses en cuestiones fundamentales en la defensa de los derechos de los trabajadores en diferentes sectores del mercado laboral ceutí. Es momento de recordar las diferencias existentes en mejorar la calidad de la sanidad ceutí, en la defensa de los derechos de los trabajadores desempleados o en la mismísima asistencia por separado a los actos del tradicional Primero de Mayo.

Sin embargo, los últimos acontecimientos en relación a los contenciosos que presuntamente han implicado al juez estrella, Baltasar Garzón, encausado por el Tribunal Supremo por un presunto delito de prevaricación, al declararse competente para investigar los crímenes y desapariciones de la dictadura franquista, ha conseguido unificar la labor de ambas organizaciones en la reivindicación de exigir la exoneración de una persona, que para estos, no es igual que el resto de los españoles ya que, exigen un trato diferenciado del resto de los ciudadanos. Desde este mismo instante, un principio fundamental de nuestra Constitución debe ser incumplido por el Poder Judicial a petición del progresismo español, desde este mismo instante, todos los españoles no somos iguales ante la ley.

Circunstancia, que atrae a mi memoria otras movilizaciones de nuestro pasado más reciente, movilizaciones de estas mismas centrales sindicales en momentos en los que la bonanza económica en nuestro país posibilitaba que la disminución en las cifras del desempleo se convirtieran en la nota predominante pero que, en las que el hundimiento de un barco llamado Prestige o la presencia de tropas españolas en Irak fueron utilizados para desacreditar la gestión del Gobierno del Partido Popular. Días en los que la intransigencia de unos cuantos y el inmovilismo de otros muchos otorgó el triunfo electoral al candidato socialista, José Luís Rodríguez Zapatero


En definitiva, las centrales sindicales mayoritarias, Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, evidencian su unidad de acción sindical en cuestiones totalmente alejadas de la principal problemática que afecta a la sociedad española, de la problemática que debería ser el centro de toda gestión sindical, una problemática que impide a más de un millón seiscientas mil personas poder llevar un salario digno con el que sustentar a sus familias. España, los españoles y los desempleados necesitan de la labor conjunta de todas las organizaciones sindicales volcadas en la reivindicación legítima de exigir las medidas necesarias del Gobierno de la nación, competente en dicha materia, que reactiven un mercado laboral obsoleto disminuyendo con ellas la dramática tasa de paro que supera ya el 20%.

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