domingo, 22 de agosto de 2010

Cuando las barbas de tu vecino…………………

Muchas son las similitudes entre las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla aunque, la principal sin ninguna duda es ser el objetivo común de las reivindicaciones anexionistas provenientes del país vecino, Marruecos. Reivindicaciones totalmente infundadas ya que, ambas ciudades pertenecen al reino de España antes de que existiera el reino de Marruecos. Solo debemos recordar como los portugueses conquistaron Ceuta en 1415 y Melilla en 1497, pasando ambas ciudades a pertenecer a la corona española en 1647 la primera y en 1556 la segunda. Por tanto, resulta evidente que ambas ciudades pertenecen al reino de España antes de que existiera el actual reino de Marruecos.

También, es momento de mencionar el desafortunado desinterés sufrido por ambas ciudades a lo largo de nuestra corta historia democrática proveniente de los diferentes gobiernos socialistas que se han sucedido a lo largo de los años aunque, en estos momentos de mi reflexión, prefiero conservar los positivo y recordar las numerosas decisiones adoptadas por los ejecutivos de José María Aznar, que posibilitaron el resurgir de dos ciudades abandonadas por quienes ahora critican abiertamente el compromiso total de este dirigente político con ambas ciudades norteafricanas.

Durante las últimas semanas, la ciudad hermana de Melilla ha sufrido, una vez más, las intransigencias del reino alauí a través de las actuaciones violentas organizadas por diferentes asociaciones no gubernamentales influenciadas directamente por los servicios secretos del país vecino. Organizaciones dirigidas por traidores a los que se les retiró la nacionalidad española, organizaciones que han violentado impunemente el perímetro fronterizo y agredido vehementemente un principio básico recogido en la Constitución Española, la igualdad entre hombres y mujeres. Un grupo de desalmados que han humillado a nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con la única intención de reincidir en una reivindicación injustificada.

Durante dos semanas, los melillenses han soportado en solitario la presión ejercida desde el país vecino, sufriendo desde el desamparo provocado por la indiferencia del Gobierno socialista los ataques injustificados contra la españolidad de la ciudad autónoma. Dos semanas en el que el silencio del Presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, del ministro de asuntos exteriores, Miguel Ángel Moratinos y de la ministra de igualdad, Bibiana Aído han sido la nota predominante en un nuevo episodio reivindicativo del Gobierno marroquí. Los próximos días serán cruciales para conocer la finalidad de unas actuaciones que han sembrado de incertidumbre a toda una población.

Quienes conocemos la verdadera naturaleza del régimen totalitario del monarca alaúi, Mohamed VI, sabemos perfectamente de la imposibilidad de organizar y desarrollar cualquier tipo de concentración o manifestación en territorio marroquí sin el consentimiento de sus autoridades por tanto, los acontecimientos mencionados responden a la vieja estrategia de desestabilizar al Ejecutivo español con la única intención de alcanzar los objetivos planteados. En definitiva, el Ejecutivo socialista ha mostrado, una vez más, el desinterés más absoluto hacia unos ciudadanos, que son utilizados como moneda de cambio en unas relaciones bilaterales en las que priman los intereses de ambos gobiernos por encima de los intereses de ambas ciudades. Hoy, ha correspondido a la ciudad hermana de Melilla soportar las intimidaciones provenientes del otro lado de la frontera mañana, nos corresponderá sufrirlas a nosotros.

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