lunes, 7 de enero de 2013

Carta a los Reyes Magos de Oriente


Tras finalizar  con éxito fiestas navideñas y  celebraciones  de bienvenida al nuevo año, en el día de ayer recibimos la tan deseada y esperada  visita de S.M. los Reyes Magos del Oriente; Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes  repartieron ilusiones y esperanzas por  los hogares ceutíes, alejando durante  unas horas las preocupaciones consecuencia de la crítica situación  económica que atraviesa desde hace unos años  la sociedad española.

Pero la realidad social se impone una vez finalizadas estas fiestas, una realidad marcada por la  inestabilidad laboral en un país que sufre la mayor tasa de desempleo de su historia democrática  a pesar de las innumerables medidas correctoras  adoptadas  en el último año. No puede existir duda alguna respecto a la finalidad última de unas medidas  que deberán sentar  los cimientos  de la recuperación de la economía española.
Entre los deseos cumplidos debo destacar la consolidación del proyecto  popular en los últimos comicios celebrados  frente a la debacle electoral de la formación política que propició con su ineptitud  alcanzar las mayores tasas de desempleo y déficit público de la Unión Europea.  Una formación política que ahora pretende conseguir  en las calles lo que perdió  en las urnas,  obviando premeditadamente que la desobediencia civil que ellos alientan tan solo genera desconfianza en los mercados internacionales perjudicando nuestra imagen  exterior.
Los próximos  meses confirmarán la efectividad de unas medidas cuyo objetivo prioritario  es frenar el endeudamiento del país, propiciando el equilibrio en las cuentas de todas las administraciones públicas.  La economía española no puede permitir por más tiempo destinar mayores recursos presupuestarios a sufragar los gastos derivados de nuestra deuda pública en detrimento de las medidas destinadas  al fomento del empleo.
Espero y deseo el cumplimiento escrupuloso de promesas de austeridad  tan relevantes como la disminución en el número de cargos electos (municipales, regionales y nacionales),  en el número de pequeños ayuntamientos y de todos los organismos sufragados con fondos públicos cuyas funciones ya son desempeñadas por otras administraciones. Y como no podría ser de otra manera, la eliminación de todos aquellos gastos considerados como superfluos en función de la situación actual.
En definitiva, nos encontramos inmersos en un nuevo año en el que esfuerzo y el sacrificio de la ciudadanía  será imprescindibles en la consolidación del estado del bienestar a pesar de las circunstancias adversas dejadas por el anterior Ejecutivo. Los principales organismos europeos e internacionales reconocen el trabajo realizado   confirmando, sin ninguna  duda, que  el camino de la recuperación ya se ha iniciado. El milagro español es posible.  

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