domingo, 15 de julio de 2012

La demagogia “negra”


Quien más y quien menos recuerda perfectamente como se las gasta el progresismo español, aquel que en otros periodos de nuestra historia democrática más reciente  ocupaba  las calles de nuestro  país  al grito de  “OTAN de entrada No”, “No a la Guerra” o “Nunca Máis”. Aquellos  mismos  que irrumpieron de forma fraudulenta  en el día de reflexión anterior a la celebración de  las Elecciones Generales del domingo  14 de marzo de 2004 acusando al Gobierno de España de mentir a los españoles e instando a  la movilización  a su electorado a través de las nuevas tecnologías a las puertas de las  sedes populares el mismo día de las Elecciones en todo el país.

Ahora, este progresismo  se solidariza demagógicamente con un sector del carbón al que no dieron soluciones viables durante años (gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero). Un sector  que ha recibido infructuosamente desde 1986   más de 24.000 millones de euros en  ayudas directas  al objeto de reconvertir un sector deficitario y altamente contaminante.  Deberíamos recordar  la dura reconversión industrial sufrida  por el  País Vasco tras  la crisis económica de  los años 80 que llevo a esta región a convertirse en una de las más desarrolladas de España.
Planes de ayuda al sector del carbón  que deberían haber finalizado en 2002 con el cierre de todas las explotaciones no rentables, pero la dependencia de estas zonas mineras de dichos fondos y el fracaso de los planes de reconversión iniciados para crear empleo alternativo las han ido prorrogando. Una plantilla del carbón que ha pasado de los 90.000 empleados en 1990  a poco más de 4.000 en la actualidad  a través de prejubilaciones subvencionadas con fondo públicos.  En la actualidad está vigente el plan 2006-2012 aprobado por los gobiernos socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero y los agentes sociales,  quienes habían pactado como fecha última para finalizar estas ayudas el año 2018. 
El plan actualmente vigente destinaba 248 millones de euros  para reducir  tanto  la producción  como  las plantillas de las explotaciones deficitarias que deberían haber puesto en marcha actividades económicas alternativas que generasen  nuevos puestos de trabajo. Unas ayudas que han experimentado un ajuste del 13%  frente al 32% que ha experimentado en conjunto el presupuesto del Ministerio de Industria. No hay un solo sector económico en el país  que tenga un presupuesto tan abultado como tiene el sector de la minería.
Pues bien, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, centrales sindicales y formaciones políticas de izquierdas protagonistas en las negociaciones que fructificaron en  el mencionado plan 2006-2012  se solidarizan con la marcha negra del carbón arremetiendo ferozmente, al igual que sucediera en ocasiones anteriores,  contra quien tan solo lleva seis meses en el Gobierno de España, circunscribiendo  sus reivindicaciones exclusivamente  en la disminución de las ayudas durante este ejercicio  y no en una negociación del futuro de las comarcas mineras, el plan de la Minería 2013-2018, que es el que obliga la Unión Europa y sin el cual no habrá un soporte legal para poder transferir presupuestos a estas zonas. En definitiva, el progresismo español exhorta  a la movilización social contra un Gobierno de España legitimado por las urnas hace escasos meses de igual manera que lo hiciera años atrás. Los defensores de la democracia contra la propia democracia.

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