La crisis económica no solo afecta al bolsillo de los
ciudadanos honrados, también afecta al bolsillo de aquellos que se dedican a
delinquir, individuos que han visto reducidos
drásticamente, en los últimos años, unos ingresos provenientes de
actividades ilícitas perfectamente
conocidas por todos los ceutíes.
Esta circunstancia y no otra han
favorecido la proliferación en los últimos meses de todo tipo de actos
delictivos que ponen en serio riesgo la
convivencia efectiva (incendios provocados, apedreamientos, tiroteos, robos con
violencia, etc).
Devolver la normalidad a nuestras calles, erradicando todo
tipo de conductas delictivas, es responsabilidad exclusiva de unos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado así
como, de la Policía Local, que intervienen en todo momento de manera
proporcional a los delitos que
persiguen. Unos funcionarios públicos de deben actuar en las peores
circunstancias posibles en nuestras calles es decir,
desconociendo totalmente a qué tipo de individuos deberán enfrentarse y
por supuesto, la naturaleza de las armas que
utilizarán contra ellos.
Los ciudadanos no podemos permitir por más tiempo la
presencia entre nosotros de desalmados a
los que la vida humana les importa poco o nada, individuos que hoy planifican y
ejecutan emboscadas perfectamente
organizadas contra los servicios de emergencia y mañana provocarán tiroteos en nuestras calles. Los ciudadanos
debemos ser plenamente conscientes que erradicar esta delincuencia
organizada de nuestras calles requiere de actuaciones contundentes que
extirpen de nuestra sociedad este cáncer putrefacto a pesar de las críticas de
quienes favorecen con ellas la inseguridad. En definitiva, mano dura contra
quienes delinquen.
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