Comienza el nuevo
curso político de la misma forma que finalizó el pasado mes de julio,
caracterizado por una crispación generalizada. Las dos formaciones políticas en
la oposición mantienen las mismas
posiciones belicosas que protagonizaron su acción política en los
últimos meses. Las acusaciones, las críticas y los ataques constantes contra la
gestión desarrollada por los miembros
del partido popular que sustenta al Ejecutivo ceutí se han multiplicado en los
últimos días como el virus de la gripe
estacional quizás favorecidos por la
llegada de los primeros fríos otoñales.
El penúltimo episodio
ha consistido en una acusación injustificada
formulada por la coalición Caballas en la que daban cuenta de una nueva “opacidad” del Ejecutivo ceutí con la única intención de torpedear la labor de la
oposición. Quizás es el momento oportuno
de recordar a algunos diputados de la
Asamblea de la existencia del Reglamento de Organización y Funcionamiento de la
misma, redactado y aprobado en enero de
1996. Un Reglamento posteriormente actualizado, modificado y aprobado
definitivamente en sesión plenaria en 2004 que describe nítidamente en su articulado los procedimientos
establecidos para recabar cualquier información, dato, informe o documento
administrativo necesario para el
desarrollo de sus funciones.
Sin embargo, los más
listos de la clase han planificado una
estrategia completamente distinta, se afanan infructuosamente en hacer creer a la ciudadanía en general y a
la militancia popular en particular
de un presunto acercamiento
político entre el Gobierno de la Ciudad y la primera formación política en la oposición, la coalición Caballas
liderada por Mohamed Alí y Juan Luis Aróstegui. Las redes sociales y los foros
de opinión en la red son el caldo de
cultivo de una rumorología argumentada alrededor de una frase acuñada por los acólitos de los
localistas “ponme con Juan Luis”. Una
frase cuya veracidad es altamente cuestionable si tenemos en cuenta no solo los insultos vertidos por el líder del PSPC contra los ciudadanos que apoyamos al Presidente de
la Ciudad durante la última campaña
electoral sino también los insultos contra
el propio Juan Vivas.
En este punto debo
también recordarles que la irrupción de
la coalición “Caballas” en el panorama político ceutí significó el regreso de
la polémica, del enfrentamiento, de la segregación, de la hipocresía y del olvido
intencionado de algunas de las decisiones políticas más desafortunadas para los
intereses de esta ciudad en nuestra historia democrática, a la actualidad
informativa local. Las últimas intervenciones públicas de sus portavoces así lo
atestiguan cuando todos pensábamos que estas aptitudes habían sido erradicadas
de la política local desde el mismo momento en el que los ceutíes decidieron
retirar su apoyo definitivo al socio de Mohamed Alí en la coalición mencionada
desde las elecciones autonómicas de 1999. En definitiva, “ponme con Juan Luis”
es una herramienta argumentada única y
exclusivamente en intereses
partidistas acuñada por quienes tan solo desean destruir al Partido Popular
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