La labor de las
formaciones políticas en la oposición no puede reducirse a la crítica a
cuantas acciones emprenda el Ejecutivo local y mucho menos cuando estas
proporcionan un claro beneficio a la ciudadanía. Soy de los que piensan que el
ejercicio en la oposición debe ir mucho más allá de la fiscalización a la gestión diaria del Gobierno legítimamente
elegido por los ciudadanos, la labor de
oposición debe enriquecer en todos sus aspectos
la acción del Ejecutivo y
demostrar que son alternativas.
En mi reflexión de
hoy me centraré exclusivamente en las críticas vertidas por los portavoces de las formaciones
políticas en la oposición del arco parlamentario respecto a los resultados
alcanzados en la Conferencia de
Presidentes Autonómicos celebrada la pasada semana en la capital del España.
Una cumbre desarrollada en las peores circunstancias posibles como consecuencia directa de la crítica situación económica que
atraviesa el país así como, por las reivindicaciones independentistas
provenientes de la Generalitat de Cataluña.
A pesar de todo ello,
el Gobierno de la nación consiguió consensuar con el compromiso de todas las
autonomías un documento de mínimos que
lanza un claro mensaje de unidad a
Europa y a los mercados internacionales
al expresar el compromiso de todas ellas
con la consolidación fiscal así como, con la apuesta por aquellas
políticas que permitan incrementar nuestra competitividad asegurando con ello
la financiación tanto de las políticas sociales como de los servicios públicos.
Un acuerdo que como no podría ser de otra manera incluye el compromiso del
Ejecutivo central de estudiar en los próximos meses las posibles disfunciones
del sistema de financiación autonómica.
Pues bien, en este
documento de mínimos se incluyó un párrafo que al fin ofrece respuestas a las históricas reivindicaciones de los
gobiernos de las ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, demostrando con ello, una vez más, el compromiso de un Partido Popular que
recoge el testigo de los incumplimientos socialistas en los últimos años. El documento en cuestión recoge las especificidades
de ambas ciudades y solicita a la Unión Europea que les otorgue un tratamiento especial dentro de
los presupuestos comunitarios “..., y teniendo en cuenta la necesidad de
trabajar para el desarrollo de un tratamiento especial de la insularidad y
específico para las ciudades de Ceuta y Melilla”.
La oposición debe
valorar en su justa medida la consecución de un reconocimiento reivindicado
infructuosamente año tras año a los gobiernos anteriores del partido
socialista. Aún recordamos las promesas planteadas por el propio Presidente del Gobierno, José
Luis Rodríguez Zapatero, en su visita a
nuestra ciudad así como, las
reiteraciones de las mismas expresadas por diferentes dirigentes socialistas
locales y nacionales. Hemos tenido que esperar la llegada de un Gobierno del
Partido Popular para conseguir finalmente el cumplimiento definitivo de una
promesa esencial para el futuro de una ciudad extrapeninsular, frontera
terrestre de España y de la Unión Europea en África. No solo de la crítica debe
vivir la oposición.
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