Sin ninguna duda, la militancia del Partido Popular tiene la
obligación moral de conocer nuestro pasado más reciente con la intención de
construir de la mejor manera posible un futuro mejor. Incidiendo sobre nuestros aciertos, pero aún más corrigiendo los errores cometidos en dicho
pasado a pesar de las críticas mal intencionadas de quienes tienen mucho que
silenciar. A estos últimos, recordarles que las hemerotecas de los medios de
comunicación locales, recogen cientos de
afirmaciones que demuestran la verdaderas intenciones de algunos de ellos.
De entre todas estas afirmaciones, por su trascendencia política
en la actualidad, incidir en una que
demuestra fehacientemente los pensamientos del gurú del progresismo ceutí, del
ideólogo intelectual de la coalición Caballas, del portavoz localista, de quien
encierra el odio más visceral en
relación a la familia popular “El voto
que el PP recibe está blindado. Diseccionemos. En Ceuta existen,
aproximadamente, diez mil personas de ideología conservadora. Son fanáticos
que, pase lo que pase, seguirán votando el PP hasta el fin de sus días. A ellos
se suman los doce mil votos del racismo trashumante que, desde la hazaña del
Perejil, son también incondicionales del PP”.
El párrafo reseñado corresponde al artículo titulado “Romper
el círculo vicioso”, publicado por el concejal de la coalición Caballas en su
columna semanal, del día 20 de enero de 2011. Una reflexión que demuestra
claramente los verdaderos pensamientos de quien comenzara su andadura política en las
elecciones de 1983 de la mano del PCE. Una longeva trayectoria política
salpicada de escándalos, insultos, vejaciones, manipulaciones, acusaciones y
engaños, que rompen definitivamente con la moderación que había predominado en
el seno de la Asamblea ceutí en la
última década. Los archivos son la puerta del pasado, que nos abren el futuro.
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