Los ceutíes hemos
sido testigos de las numerosas contradicciones
protagonizadas por los portavoces
de la coalición Caballas desde su irrupción en la actividad política ceutí,
contradicciones puestas de manifiesto en mis colaboraciones semanales. En esta ocasión, mi reflexión se centrará en
la primera del año 2012, la que protagonizarán en la primera sesión
plenaria del año al presentar a debate parlamentario una propuesta
cuya única intención es instar a
la Delegación del Gobierno y al Ministerio del Interior a reabrir el clausurado
paso fronterizo de Benzú.
Antes de comenzar
esta reflexión, debo recordar la
excepcionalidad de un paso fronterizo
tolerado tras la independencia de
Marruecos en 1956 por las especiales relaciones existentes
entre los habitantes de la
populosa barriada de Benzú y del cercano pueblo marroquí de
Beliones, con el que incluso compartimos lugar sagrado de enterramientos. Un paso
fronterizo circunstancial, carente de las infraestructuras necesarias al
efecto, que permitía exclusivamente el
paso de los habitantes debidamente
autorizados entre estos dos
núcleos poblacionales. El paso de los años y el cambio en las relaciones comerciales entre
nuestra ciudad y el país vecino
originaron un incremento
espectacular en el paso de personas y mercancías pervirtiendo los argumentos iniciales.
La petición formulada
por los portavoces de la coalición localista omite premeditadamente cuestiones tan relevantes
como, los innumerables incidentes de
Orden Público que motivaron en octubre
de 2002 el cierre definitivo de dicho
paso fronterizo o la construcción y
puesta en funcionamiento de las nuevas
infraestructuras destinadas a facilitar el control en el tránsito
comercial de mercancías y de personas en
la única frontera terrestre formalmente habilitada, la frontera del Tarajal.
Unos representantes políticos que consideran que las razones de seguridad
ciudadana esgrimidas en su día para justificar dicho cierre han perdido
vigencia cuando la realidad es conocida por una ciudadanía consciente del
incremento experimentado en los últimos meses
en materias tan significativas como la inmigración ilegal (subsaharianos
y MENAS) y Orden Público (apedreamientos, tiroteos, quemas de vehículos y revueltas populares).
Desconozco los
argumentos reales de una petición que, sin ninguna duda, ha sido confeccionada
sin atender las recomendaciones que
pudieran ofrecer los expertos en esta materia,
los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Los ceutíes necesitamos
de representantes políticos comprometidos con el futuro de nuestra tierra,
políticos leales con quienes poseen las competencias en materias tan esenciales
como la Seguridad Ciudadana o la política de Exteriores. En definitiva, Ceuta
necesita de políticos coherentes,
realistas y leales.
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